viernes, 26 de marzo de 2010

El arroyo de san Lorenzo (II)

En una entrada anterior llegamos hasta un período, entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, en el que se desviaron dos pequeños arroyuelos serranos que anteriormente se incorporaban al arroyo de San Lorenzo en el comienzo de su recorrido por la Ajerquía. A partir de entonces, y aunque evidentemente menguados e irreconocibles como tales, se puede hablar de dos "arroyos", el que permaneció intramuros y el que resultó del desvío.

En cuanto al primero de ellos, el que todos conocemos como arroyo de San Lorenzo, siguió siendo una cloaca urbana a cielo abierto en las épocas de lluvias. Según se comenta en los Paseos, tras la obra de desvío citada se arreglaron y allanaron las calles de la ciudad por las que transitaba el arroyo, eliminando incluso unos álamos (árboles propios de las riveras) en la actual calle Enrique Redel. Tampoco es que lo terminasen de arreglar muy bien porque la actual calle de Isaac Peral siguió llamándose calle del Lodo por el barrizal que se formaba allí cuando llovía. El siguiente paso lógico hubiese sido aprovechar el momento y realizar un alcantarillado subterráneo acorde para evitar que las aguas de lluvia circulasen por medio de la calle. Pero como las cosas en Córdoba parece que tienen otros tiempos, este alcantarillado no se materializó hasta finales de los años 20 del siglo XX, cuando se construyó un ovoide subterráneo para paso de las aguas que aún hoy perdura (imagen 1). Por eso, mi propia abuela (que nació en 1907) comentaba de joven tener que cruzar la calle Arroyo de San Rafael por un pequeño puente cuando llovía más de la cuenta...



Imagen 1: Obras del alcantarillado en la calle Mayor de Santa Marina (1928). Fuente: Archivo Histórico Municipal


Del segundo "arroyo", resultante del desvío y unión de de los pequeños arroyos del Matadero y de la haza cercada, queda claro en los Paseos que se llevaron juntos a un nuevo cauce construido que pasaba por delante de las Ollerías y la Fuensantilla, llegando hasta el Marrubial para incorporarse finalmente al arroyo de las Piedras. Teodomiro le da este "nuevo" arroyo el nombre de arroyo de las Ollerías. No obstante el anterior papel de estos arroyuelos estaba aún fresco en la memoria de la ciudad, y así López Amo en su descripción del origen y curso de las aguas potables en 1876 le sigue dando a este cauce el nombre de "arroyo de San Lorenzo". Así, al referirse a la zona inmediata a la Fuensantilla, donde brotaban las aguas que dotaban de agua a la fuente de la Piedra Escrita comenta: "Esta [agua de la fuente de la Piedra Escrita] viene por atargea procedente de los sudaderos de un terreno inmediato a la Fuensanta vieja [Fuensantilla], la que sale por el callejón que sale a la alcubilla de la Fuensanta vieja, pasando por el lado derecho de ella, dando vuelta por delante de la cerca del huerto, entre este y el cauce del arroyo nombrado de San Lorenzo, hasta llegar frente a la reja del hospital de la Misericordia [en las calle Cárcamo]". En cualquier caso conviene hacer una precisión: aunque tuviese tal apelativo el "arroyo", llamado de las Ollerías (o de San Lorenzo bis), sería poco más que la simple cuneta del camino de la (entonces) Ronda Norte de la ciudad, puesto que no se identifica en ninguno de los planos de Córdoba del XIX.

Siguiendo con su trazado, desde la Fuensantilla el cauce debía buscar al arroyo de las Piedras cruzando el Marrubial. ¿Por dónde? No estoy seguro de ello, pero quizá el plano de Casañal de 1884 pueda servir de ayuda, aunque no refleje en ningún caso un cauce del tipo que estamos buscando. Quizás su insignificancia hiciese innecesario reflejarlo…

La primera opción que se plantea sería suponer que el cauce seguía recto por la actual Avenida Agrupación Córdoba hasta alcanzar el arroyo de las Piedras a la altura de la gasolinera de Chinales y el Zumbacón. El problema que parece tener esta alternativa es que, según se puede ver en el plano indicado, aparte del desvío excesivo hacia el norte que implica, mientras las Ollerías tiene una pendiente descendente hacia la Fuensantilla, desde aquí vuelve de nuevo a subir, lo que complicaría la ejecución de esta opción. La segunda alternativa sería hacerlo cruzar en diagonal atrochando por el Marrubial, y buscando directamente sin rodeos el arroyo de las Piedras. Y la tercera opción es que a partir de la Fuensantilla siguiese en su mayor parte la Ronda del Marrubial, aprovechando, como ocurría por las Ollerías, la propia cuneta del camino. Luego, en todo caso, debería buscar el arroyo de las Piedras.

De esta tercera alternativa, que parece ser la más cómoda de haberse ejecutado, quizá guarde alguna relación el siguiente mapa, contenido en el libro de "Cartografía y Fotografía de un siglo de urbanismo en Córdoba", de cuando se planificaba la construcción del cuartel de Alfonso XII y se delimitaban con la mayor precisión posible los terrenos a expropiar (imagen 2).




Imagen 2. Mapa de terrenos a expropiar para la construcción del cuartel del Marrubial. Fuente: "Cartografía y Fotografía de un siglo de urbanismo en Córdoba"

En este mapa se sitúan dos cursos de agua (resaltados en azul). Es tentador pensar, si aceptamos la tercera opción, que el situado más a la izquierda se correspondería con el arroyo de San Lorenzo-Ollerías, guiado por la cuneta de la Ronda, por entonces (hasta que se adoquinó en los años 20), poco más que un camino muy mal acondicionado (lo que en Córdoba y sus pueblos se ha llamado siempre la Re(d)onda). El cauce de la derecha sería el arroyo de las Piedras, después de haber recibido poco antes el aporte del Hormiguita (en justicia, el Camello como alega con fundamento el bloguero Puerta de Osario)

Además en la zona del cuartel en cuestión podemos encontrar otro dato que quizás nos apoye lo anterior, o quizás no tenga nada que ver y sólo sea una metedura de pata. Y es que al poco de comenzar la calle Sagunto, entrando desde la Ronda, en la parte baja de la cerca del cuartel se encuentra una especie de arco con ladrillos (imagen 3), casi enterrado por el nuevo acerado, que comunica con el jardín abandonado donde crecen silvestres unas frondosas moreras. Esta obra se localiza más o menos a la altura que se refleja con un círculo rojo en el mapa anterior, en el encuentro entre el curso de agua más occidental y los terrenos que se iban a expropiar del cuartel.




Imagen 3: ¿Obra de paso? al comienzo de la calle Sagunto.

¿Es este arco una especie de puentecillo u obra de paso para el arroyo de San Lorenzo?, ¿es una obra de paso para la cuneta de la Ronda sin relación alguna con el arroyo? ¿servía para otra cosa? Son dudas que no he podido resolver, aunque seguramente quede constancia en algún informe de obras del Ayuntamiento o de la Administración Militar que haga innecesario todas las elucubraciones y juegos malabares de esta entrada. En cualquier caso, toda la cerca del cuartel parece que tiene los días contados, por lo que de un día a otro desaparecerá también este arco, que quizá sea el último vestigio de una obra que, fuese para lo que fuese, posiblemente quedará en el olvido.

domingo, 21 de marzo de 2010

Tapas de las "Aguas de la Huerta de la Reina"

Nuestro fraternal amigo del blog 8picos nos manda fotos que ha hecho esta misma semana de dos tapas de alcantarillado de acceso a la mina subterránea de las "Aguas de la Huerta de la Reina", en la calle San José de Calasanz, y que comentamos en una anterior entrada.

Esta es la que se localiza en el punto más alto de dicha calle, en su intersección con la calle Asomadilla. La que dijimos que se encontraba a más de 15 metros de altura sobre la galería.


Y esta se encuentra un poco más abajo de la intersección con la calle Ortega y Munilla.



Muchísimas gracias 8picos.

viernes, 19 de marzo de 2010

Los intrépidos legalizadores

No me gusta hablar de política, pero si no lo hago reviento. El caso es que llevamos asistiendo en las últimas semanas a una sucesión insólita de acontecimientos en relación con las parcelaciones ilegales anegadas el pasado mes de Febrero por el Guadalquivir, cuando éste decidió simplemente volver a reclamar las zonas que le son propias.

Todo comenzó cuando los cordobeses oímos en las televisiones nacionales nombres que a la mayor parte no nos sonaban de nada, como "La Altea” y "Guadalvalle". Un día sí y otro también, en nuestros televisores aparecían completamente anegadas las típicas construcciones, todas cortadas por el mismo molde pseudo hortera-ostentoso, que tanto abundan desgraciadamente en nuestra ciudad. La gran mayoría que formamos los cordobeses de bien, sin importar el ser de derechas o de izquierdas o hasta de centro, nos asombramos (unos más que otros) de que en una zona completamente inundable, con el peligro que eso conlleva, se hubiese permitido construir de forma ilegal no una casa aislada, sino urbanizaciones completas con luz, agua, asfaltado y hasta señales de tráfico, que aquí sacan tajada muchos.

Olvidado algo el tema, a los cordobeses lo que realmente nos interesaba de todo el temporal de lluvias era que dejase un día de llover para ir al Puente Romano a ver entusiasmados como niños el Guadalquivir rugiendo como en sus buenos tiempos, o ir al campo a disfrutar con los pequeños arroyos de nuestra sierra por fin llenos de agua...

Pero los políticos no viven de eso. No viven de un entusiasmo que luego no se transforme en votos tangibles. Y en vez de ir como unos más al Puente, se fueron con fingidos rostros compungidos a eso que ahora de forma ridícula se llama en los medios "zona cero" y que ellos en su propio argot llaman "caladero de votos". Algunos aparecieron con calculada ambigüedad, como Andrés Ocaña, que en la misma frase a la prensa fue capaz de decir que "las zonas son inundables, lo que impide su legalización", pero que "cuando las aguas vuelvan a su cauce los desalojados tendrán derecho a volver a su casas". Otros, como Rosa Aguilar, repartiendo abrazos y besos, poniendo cara de interesante y..., como es habitual en ella, no haciendo nada. José Antonio Nieto se pasó también por allí, echando la culpa a todo el mundo, menos a los parcelistas, por supuesto. Y los socialistas, en fin, como actores secundarios pero afirmando que desde la Junta se solicitarían al Gobierno Central todas las ayudas necesarias...

Pasados los focos televisivos, el vodevil siguió su curso. Así en el primer Pleno de Marzo en el Ayuntamiento se trató el tema. No se les cayó la cara de vergüenza. Nadie asumió responsabilidades, nadie quiso hablar claro. Decían que el PGOU ya contempla las actuaciones para estos casos y bla, bla, bla. Todo bajo su curiosa interpretación de la democracia, de que es mejor contentar a unos cientos de personas QUE HAN ACTUADO DE FORMA ILEGAL que respetar los derechos de los trescientos y pico mil restantes. No vaya a ser que los minoritarios les monten una manifestación delante del Ayuntamiento, y como de todas formas la mayoría si se queja es sólo de palabra y al final cada uno votará a los suyos...

Pues esto es lo que hay. Y la última es la iniciativa “estrella” con la que se descuelga el ínclito señor Nieto, que ya sin tapujos ha planteado esta semana que lo que debe hacerse con estas parcelas es "legalizarlas" y que el PGOU se vaya al limbo. Curiosa forma de actuar de uno que, dicen por ahí, tiene estudios de Derecho. Los otros partidos han saltado en contra, tachándolo de "demagogo"... pero esperen ustedes cuando llegue el momento.

Se afirma que unos tienen los políticos que se merecen. Creo sinceramente que en el caso de Córdoba, si esto es cierto, es un castigo excesivo. Políticos que no defienden el interés público, políticos serviles con los plutócratas que parcelan en lotes nuestra sierra, políticos inactivos ante los que destrozan nuestro patrimonio, políticos, en suma, todos iguales, sin distinguir quién es de izquierdas y quién es de derechas, aferrados a la poltrona y a la mamandurria, sin más mérito que flamear las banderas detrás de los líderes en los mítines. Así que, en vistas de todo esto, propongo que en las próximas elecciones municipales el PP e IU (el PSOE local, mero apéndice de la Junta, no cuenta) se dejen de engañar al personal y se presenten juntos como hermanos bajo las siglas PPIU: Partido de los Parcelistas Ilegales Unidos.

(qué a gusto me he quedado)

 Vista aérea de las zonas inundadas. http://www.cordobadesdeelcielo.com/catastro.html

domingo, 7 de marzo de 2010

El arroyo de San Lorenzo (I)

Es conocido el hecho de que, hasta el siglo XX, por los barrios de Santa Marina y San Lorenzo transitaba un arroyo que adquiría tal consideración sólo en tiempos de lluvias intensas. El recuerdo de este arroyo (para ser francos, una simple cloaca urbana) ha quedado reflejado en el nombre que aún permanece (toquemos madera) de algunas calles por las que discurría: Arroyo de San Andrés, Arroyo de San Rafael y Arroyo de San Lorenzo. La topografía del terreno conformaba dentro de la propia ciudad una vaguada natural que servía como red principal de evacuación de las aguas a cielo abierto en unos tiempos en los que el alcantarillado, o era defectuoso, o simplemente no existía.

Lo que quizás no sea igual de sabido es que, en tiempos más antiguos, dos pequeños arroyos que bajaban de la sierra le aportaban en su cabecera urbana a la altura del Colodro su propio caudal, y cuando llovía lo que corría por las calles de estos barrios si que era un auténtico arroyo. Conforme los barrios citados se fueron progresivamente urbanizando (parece ser que cuando la Reconquista estaban prácticamente despoblados), y además hubo voluntad para ello, se decidió llevar a cabo la tarea de desviar estos arroyos para que no entrasen en la ciudad, y que al menos el agua que llevase al arroyo de San Lorenzo fuese solamente la originada por las escorrentías de la propia ciudad. El nunca bien pagado Teodomiro Ramírez de Arellano lo indica así en sus Paseos: "En 1789, se logró al fin el permiso real para invertir en las ya citadas obras [...] quienes principiaron por cerrar el arco que junto a la torre de la Malmuerta dejaba entrar el arroyo del Matadero, y el otro que corre por el haza cercada, haciéndoles el cauce que hoy tiene por delante de las Ollerías y Fuensantilla hasta el Marrubial, donde lo incorporaron al de las Piedras [...]. El arroyo de las Ollerías lo acabaron de arreglar en 1804.”

¿Cuáles eran estos dos arroyos y de dónde venían?. Del primero podemos saber algo más, pero sin total seguridad. Quizá se relacione con un paleocauce que Dionisio Casañal refleja claramente en su plano de 1884, y que fue claramente identificado cuando las obras de los aparcamientos del Plan RENFE (Imagen 1). En el informe arqueológico llevado a cabo entonces (http://www.arqueocordoba.com/publ/publolPDF/moreno-pprenfe.pdf) se indica entre otras cosas que "al Oeste de la rotonda del Pretorio se documenta una vaguada, rellenada a finales del s. XIX o principios del s. XX para nivelar el terreno con motivo del tendido de las vías del ferrocarril [...]. Por la profundidad, extensión y trazado, podría tratarse del paleocauce de un arroyo". Quizás sea el arroyo que busquemos, que desde aquí seguía aguas abajo hasta el arco de la Malmuerta por donde entraba a la ciudad por la Plaza de la Lagunilla (que, por cierto, aparece reflejado en el plano de Montis de 1851 y no en el de Casañal de 1884). Y aguas arriba, ¿desde donde venía el arroyo?. Cotejando el plano de Casañal con otros planos postriores se reconoce una cierta vaguada en torno a la fuente de los Picadores, que incluso parece desaguar a la misma. No obstante, la modificación del terreno que supuso la urbanización de la Huerta de la Reina, ya visible en los planos, impide seguir más esta pista.




Imagen 1. En el círculo zona donde apareció el paleocauce durante las obras del Plan RENFE (Fuente: Informe-Memoria de la intervención arqueológica de urgencia en el aparcamiento bajo el Vial Norte del Plan Parcial RENFE).



).



Imagen 2. Vaguada en torno a la Fuente de los Picadores (Plano topográfico de 1928)


Del segundo arroyo es aún más difícil aventurar algo. Sólo tenemos la mera referencia de que viene por el "haza cercada”. En el plano de Casañal aparecen unas "casas de la haza", adosadas a la actual calle Feria, y la calle Cronista Salcedo Hierro ha tenido hasta hace poco el nombre de "Haza". También cita el amigo Teodomiro un haza, que estaba en alto, situada cerca de la ermita del Pretorio, y que fue desmontada cuando se construyó el ferrocarril.


Junto a estos simples indicios quizá guarde relación una información contenida en otro socorrido y oportuno estudio arqueológico (http://www.arqueocordoba.com/proy/convenio/oficinaarq/informes/80101-sancayetano/80101.htm). En dicho informe se identifica (aunque con ciertas reservas) un posible paleocauce en un solar municipal en la calle Alonso el Sabio que hace esquina con la Avenida de los Piconeros (Vial Sur). Sin más datos que esto podemos tirarnos a la piscina y suponer que la dichosa haza cercada por donde venía este segundo arroyo comprendía más o menos la manzana donde se instaló el complejo industrial de la fábrica “San Antonio”, y posteriormente otras como “Carbonell” y “Baldomero Moreno” (la zona del Chimeneón para entendernos). Desde aquí se dirigiría hacia la Puerta de Colodro y se encontraría tras pasarla con el primer arroyo que venía por la Lagunilla.




Imagen 3: Supuesto trazado de los dos arroyos sobre el Plano de Casañal (1884). En verde paleocauce del primer arroyo; en rojo casas identificadas como "de la haza"; en azul zona donde se ha detectado el segundo paleocauce


Hasta aquí por esta fatigosa entrada, llena de vaguedades y teorías. En próximas (espero que pronto) intentaré describir por donde creo que se realizó el desvío de los dos misteriosos arroyos y otras curiosidades más...


Para saber más:
http://puertadeosario.blogspot.com/2010/07/remontando-el-arroyo-de-san-cayetano-y.html