viernes, 31 de diciembre de 2010

El extraño "pórtico" de San Lorenzo

Aparte de su por su magnífico rosetón, la iglesia de San Lorenzo es única en la ciudad de Córdoba por tener un pórtico que antecede a su fachada. Dicho pórtico consta de cinco arcos, tres en el frontal, y dos laterales, recayentes a las calles María Auxiliadora (calle Mayor) y Jesús del Calvario (calle la Banda). En algún momento fue tapiado, y sólo le dejaron abierta una pequeña puerta enrejada para acceso a la iglesia, que es en la situación en la que Teodomiro Ramírez de Arellano lo conoció y plasmó en sus Paseos. Según este mismo autor, dicho pórtico tuvo unas pinturas murales que desaparecieron en el siglo XIX y que parecen haberse perdido para siempre, puesto que no ha sido "rescatadas" en la última y espléndida restauración del templo de hace un par de años.


Imagen 1. La iglesia con el pórtico tapiado, finales del XIX. Fuente: Archivo Municipal.


¿Pero por qué sólo esta iglesia de entre sus "hermanas fernandinas" tiene este pórtico? Pues realmente no se sabe con certeza, por lo que quiero plantear aquí algunas hipótesis que he ido entresacando, lo que después de todo puede ser un ejercicio inútil, y el motivo sea tan simple como que "le dio por ahí al maestro constructor de la iglesia". Pero al menos queden como curiosidad.

En la tesis doctoral "Arquitectura Medieval Cristiana de Córdoba" de la Doctora María de los Ángeles Jordano, se señala que el pórtico fue un añadido posterior a la construcción original del templo, aunque por la tosquedad de su factura no la fecha más allá de mediados del XIV (cuando la iglesia estima fue construida entre mediados del XIII o finales del XIV). En esta misma tesis, la autora cita a otro autor, Serrano Orvín, que en 1976 planteaba la hipótesis de que dicho pórtico se realizase para disimular la irregularidad de la fachada debida a la conservación en un lateral un antiguo alminar, torre provisional (y quizás en no muy buen estado) hasta que Hernán Ruiz II construyó encima del mismo el soberbio cuerpo de campanas terminado en 1555. Esta es pues la primera hipótesis, y la única que he visto documentada: que el pórtico se hiciera para "tapar" una "imperfección arquitectónica".

Imagen 2. La iglesia con el pórtico "abierto". Fuente: Archivo Municipal.


La segunda hipótesis me la comentó hace tiempo un conocido historiador. Parte del hecho de que en el norte de la provincia de Córdoba es frecuente la presencia de iglesias o ermitas con pórticos similares al que nos ocupa, que ocupan todo la fachada y cuya finalidad era servir de cobijo a  a romeros o peregrinos. Entre estas ermitas quizás la más conocida sea la de la Virgen de Luna, entre Pozoblanco y Villanueva, aunque pueden enumerarse otras del mismo tipo que cita la propia Doctora Jordano en el El Guijo (Virgen de las Cruces), Belalcázar (Nta. Sra. de las Alcantarillas) o Fuente Ovejuna (Nta. Sra. del Castillo). Todas ellas en tierras de nuestra provincia que, entonces y ahora, destacan por su actividad ganadera, por lo que no es desdeñable que aquellos pórticos sirviesen en momentos concretos también de refugio a pequeños rebaños, muchos de ellos soportando duras jornadas trashumantes viniendo desde la Meseta.

Imagen 3. Santuario de la Virgen de Luna. Fuente: Turismo de Córdoba.


Precisamente, el barrio de San Lorenzo era la entrada a nuestra capital de las vías pecuarias por las que transitaban estos rebaños. Así, desde el descansadero del arroyo de Pedroches, la mismísima Cañada Real Soriana seguía, hasta mediados del siglo XX, por la actual calle Cinco Caballeros ("antiguo camino de Pedroches"), llegaba a la Puerta de Plansencia, y desde ahí giraba bruscamente al norte buscando la Fuensantilla y las actuales Ollerías (http://www.gmu.ayuncordoba.es/descripcion-de-las-vias-pecuarias-existentes-en-el-termino-municipal-segun-su-proyecto-de-clasificacion.html)%20. La propia tradición de la Aparición de San Rafael al Padre Roelas señala que éste, cuando vio en esa zona del arroyo del Camello a los cinco caballeros lo primero que pensó  fue que eran tratantes de ganado.

Y esta Cañada Real no era el único camino pecuario. También la Vereda de la Alcaidía cruzaba por la zona del Marrubial, y este mismo ejido era uno de los terrenos comunales de la ciudad donde los humildes cordobeses podían llevar sus pequeños rebaños estantes a pastar libremente. En suma, que junto a la Puerta de "Plasencia" (por cierto, otra ciudad de raigambre ganadera) el trajín de animales tenía que ser frecuente, y quizás algunos de ellos pernoctasen bajo el pórtico de San Lorenzo. Hoy puede parecer algo raro pensar en rebaños cruzando por medio de la población, pero hay que tener en cuenta que este barrio tuvo durante siglos una muy escasa densidad de habitantes, y su Calle Mayor, que comunicaba la Puerta de Plasencia con la iglesia de San Lorenzo, se fue conformando urbanísticamente de manera muy lenta tras la Reconquista, y siempre a la zaga que lo que históricamente había sido su origen: una mera vía de comunicación que hundía sus raíces en la secular Vía Augusta. 

Finalmente, la tercera hipótesis me la sugirió Manuel Estévez, cronista "oficioso" del barrio, y es una variante de la anterior, aunque con menos "glamour". El pórtico se habría concebido ciertamente como refugio, pero más que para ganado, para dar un precario techo los pobres de solemnidad que, desgraciadamente, siempre han proliferado en San Lorenzo. Por ello, cuando en el Motín del pan de 1652  los vecinos del barrio se armaron con lo que primero que encontraron a mano tuvieron claro desde un principio quiénes debían ser objeto de sus (justificadas) iras: no fueron a por los pobres y maltrechos curas de San Lorenzo, sino que enfilaron sus pasos Santa María de Gracia arriba, buscando airados una audiencia con el Obispo Pedro de Tapia... después de tratar infructuosamente de linchar al Corregidor, Vizconde de Peña Parda, que se salvó por lo pelos saltando por los tejados.

(Nota: Aunque he usado el término "pórtico" por ser el más preciso académicamente, a la mayoría de los vecinos del barrio esta palabra, o no les suena a nada, o si acaso les suena a "cosa" de griegos o similares, porque ellos lo que emplean es el término "portalón" que según la RAE es "puerta grande que hay en los palacios antiguos y cierra no la casa, sino un patio descubierto", y que a lo mejor queda como recuerdo en el subsconciente popular de cuando el pórtico andaba tapiado).