viernes, 9 de abril de 2010

Las fuentes de Córdoba

Cambiando de tercio respecto al tono crítico de otras entradas, en ésta quisiera destacar algo que tenemos en Córdoba y que quizá pase algo desapercibido, pero que en cuanto uno sale fuera de nuestra ciudad lo echa rápidamente en falta: la presencia de fuentes públicas donde poder saciar la sed...

En efecto, en las últimas décadas, sin importar quién estuviese en la Alcaldía, todos han seguido la fructífera política de, en la medida de lo posible, tratar de dotar de fuentes a todos los barrios de la ciudad. Fuentes que son especialmente gratas cuando uno transita en verano con más de 40 grados por unas calles donde, por desgracia, ni la arboleda (?) ni el pavimento suelen acompañar. Y esta aparición de una fuente salvadora, que podríamos creer que es algo común y casi obligado (para eso se pagan impuestos, alegará alguno), no es así en la mayor parte de los lugares que he visitado.

Recuerdo especialmente un viaje a la bellísima ciudad de Toledo, en la que cuando el sol cae a plomo en medio de esos páramos desolados, da con fuerza. Pues bien, subiendo sus empinadas calles aprendimos en nuestras carnes los fundamentos básicos de la teoría económica. No había fuentes por ningún lado. Las botellas de agua valían un determinado precio en las tiendas cerca de la Puerta Bisagra, antesala de la larga subida a la ciudad. Conforme subíamos y el calor apretaba, los puestos vendían el agua algo más cara. Arriba del todo, ya asfixiados, la botella que tuvimos que comprar ya costaba el doble. Había aumentado la demanda, y por tanto subía el precio: pura lógica económica.

Y esto igual, que me acuerde, en Salamanca, en Segovia, en Ávila, en Cáceres, en Badajoz... Ojo, que no digo que no haya ninguna fuente en esas ciudades, pero que si las hay debe uno buscarlas expresamente o encontrárselas por casualidad, porque no hay el mismo número que en Córdoba, ni se distribuyen por todas las zonas. Ni siquiera en Sevilla tienen la proporción de fuentes que hay aquí, teniendo en cuenta el tamaño de esa ciudad. Lo mismo pasa saliendo al extranjero, como en París, donde andando todo el día sólo pudimos dar con una fuente perdida, muy baja e incómoda, y que parecía de esas que hay en los mercados para lavar los productos. Sólo en Roma encontramos una proporción de fuentes similar a la de Córdoba, pero la mayoría de ellas muy viejas y con un aspecto sospechoso de abandono, y funcionando como funciona Italia, por supuesto sin ninguna indicación de si aquello era o no potable.

En fin, que las fuentes es algo de lo que debemos estar razonablemente satisfechos en Córdoba, y que la acertada política municipal al respecto merece ser destacada. Sólo quisiera apuntar algo que se podría hacer, pero que ya sería, como se dice, para sacar nota. Y sería aprovechar el agua de los veneros que se desperdician en la ciudad (no hablo ya de los de la sierra).


Imagen. Fuente en la confluencia de la calle Osario con Ronda de los Tejares.


Pues bien, y como ejemplo, el acueducto cuyos restos pueden verse en el sótano de la Estación de Autobuses seguía llevando agua cuando lo desenterraron, terminado su recorrido en los estanques de la calle Cairuán. Así que pusieron los restos de la conducción en valor (de manera ejemplar) y desviaron el agua por una tubería que salva la Estación por un lateral. El problema surgió cuando después se encontraron con que la tubería debía salvar la obra del soterramiento de otra Estación, en este caso la de trenes. Por la profundidad a la que quedó esta obra con las vías soterradas los técnicos de la empresa de aguas se vieron obligados a realizar un sifón para que la tubería pudiese cruzar todo el complejo ferroviario, pasando de la Avenida Vía Augusta a la de América.

Pero bien sea porque el sifón lo hicieron defectuoso, porque las aguas del venero (como todos) llevan mucha cal y la conducción se atora, o bien porque los de operarios de la Estación aprovechan el agua (lo cual me han comentado, pero no he podido confirmar) el caso es que a la Avenida de América ya sólo llega un hilillo de toda el agua, y se decidió que lo mejor era conectarla en esta Avenida al colector de alcantarillado (no llega ya, por tanto, a los estanques de la calle Cairuán como se indica aún en algunos sitios de la Red).

Así que una idea sería aprovechar esta agua y a la altura de la Vía Augusta (vaya nombrecito con tronío) surtir con la misma una fuente ornamental donde se indicase su larga historia ininterrumpida, romana, visigoda, musulmana y cristiana. Pocas ciudades pueden aportar algo similar. Pero esto, insisto, sería ya para nota.

2 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Que interesante Laurentino y justo en cuanto a la nota positiva. No conocía la problemática de la conducción y es muy curiosa. Lo que siempre me he preguntado es ¿por qué las fuentes que no tienen grifo, no le ponen uno? Ese chorrito de muchas de ellas veinticuatro horas trescientos sesenta y cinco días tiene que ser una barbaridad de litros y no estamos para derrochar ese bien preciado. La primera fuente con grifo automático que conozco fue la que había en la fachada de la casa Carbonell y Morand llegando al Bailio. Le empujabas y el muelle retrocedía a un tiempo. La fuente está pero no corre. Recuerdo haber bebido en ella una vez que fui a un circo que montaron en el Cine Fuenseca y que se llamó el Circo Trébol. Luego de mayor pretendí "es un decir" a una chica que vivía en la casa que hoy es el hotel de Tte. Albornoz, y como es lógico pasaba bastante por allí.
Enhorabuena por lo interesante de tu entrada.
Un saludo

Laurentino dijo...

Gracias Paco

En cuanto a lo de los grifos tengo las mismas dudas que tú, y no sé muy bien el motivo de ello, aunque recientemente están poniendo fuentes con un pisador para que funcionen.

Lo de no poner grifo, pudiera ser por la mayor dificultad que conlleva su mantenimiento o que los cordobeses miramos este tipo de fuentes con recelo (te pongo los ejemplos de dos fuentes con grifo: la de Canaletas en la Avenida Barcelona y otra que pusieron en la calle Escañuela: observa que apenas nadie se acerca a beber). También es cierto que estas fuentes debes dejar un buen rato el agua correr para que no sepa mal.

Bueno, y supongo que otro motivo más será el que sirven (sobre todo por la noche) para limpiar el alcantarillado y que no se acumule la suciedad. Pero como te digo, el motivo concreto no lo sé.

Saludos.

(en cuanto a la fuente que comentas de Carbonell y Morand, tan grata para ti, es una pena el estado de abandono en que se encuentra)