sábado, 31 de julio de 2010

El arroyo de Ciudad Jardín

Rastreando por la Red, he dado por fin con un mapa antiguo que llevaba tiempo buscando (imagen 1). Me acordaba haberlo visto en una magnífica entrada de la antigua página de la Calleja de las Flores, pero con la (falsa) confianza de que lo que está en Internet sigue ahí para cuando uno lo necesite, no llegué a guardarlo. El caso es que en un documento sobre el urbanismo de la Córdoba Omeya de Antonio Arjona, Director del Instituto de Estudios Califales de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, he vuelto a dar con él... y esta vez no se me ha escapado.

Imagen 1. Mapa de Santos Gener. 

El mapa en cuestión muestra los resultados de las excavaciones que el gran arqueólogo Samuel de los Santos Gener (o Jener) realizó en terrenos del antiguo Cortijo de Chinales, situados en el entonces incipiente barrio de Ciudad Jardín y no en el Polígono Industrial que hoy lleva este mismo nombre. Como resultado más importante de dichas excavaciones, que seguramente fue el motivo de la elaboración del propio mapa, se señala en el mismo la localización de unos restos que el insigne arqueólogo asociaba con la iglesia de San Acisclo, aquella construcción extramuros donde en el 711 un puñado de cristianos trató en vano de resistir a las huestes musulmanas que se habían apoderado de la ciudad de Córdoba. 

Aparte de esto, en el mapa aparece reflejado como dato significativo un "cauce del arroyo del moro" (imagen 2) parece ser que abandonado (ya que no se dibuja ninguna continuidad del mismo), y que posiblemente reforzara a Santos Gener en su hipótesis de que esos restos correspondían a San Acisclo, puesto que los cristianos sitiados en dicha iglesia pudieron ofrecer cierta resistencia precisamente porque bajo la misma discurría una conducción o arroyo subterráneo que los proveía de agua.

Sin embargo, en este punto conviene señalar que antes de 1892 el arroyo "del moro" seguía su lecho histórico (claramente visible en los planos de Córdoba del XIX), que bajaba desde la sierra por los Jardines de la Agricultura, buscaba desde ahí el lienzo occidental de la muralla y se incorporaba finalmente al foso de la misma a la altura de la Puerta de Almodóvar. Fue en ese año de 1892 cuando, a la altura más o menos de lo que hoy es la Glorieta de Santa Beatriz (la fuente del Pryca-Sierra, para entendernos), se desvió el arroyo prácticamente 90º para llevarlo a un nuevo cauce, que ya en el plano topográfico nacional de 1928 sigue su último trazado conocido a cielo abierto por lo que hoy son las Avenidas del Arroyo del Moro y Gran Vía Parque, algo más al oeste de lo que representa el mapa. En resumen, que de pertenecer al arroyo "del moro" el cauce señalado en el mapa de Santos Gener, dicho cauce debería haber sido creado tras 1892 y abandonado, como muy tarde, antes de 1928, lo cual parece, en principio, bastante improbable.

 
Imagen 2. Detalle del mapa de Santos Gener.

Entonces, ¿a qué arroyo puede pertenecer el cauce que excavó Santos Gener? Como siempre, es difícil aseverar algo con firmeza en aspectos de arroyos y similares, porque pocas cosas varían más a lo largo del tiempo, fundamentalmente por la mano del hombre. Pero en el caso que nos ocupa se da el hecho de que, por esa misma zona de Ciudad Jardín, discurre aún hoy otro "arroyo", éste sí perfectamente identificado.

El "arroyo" en cuestión lo pongo así, con "comillas", puesto que no es un "arroyo" como tal, sino más bien una conducción de aguas que históricamente se conoció por Aguas de la Huerta del Rey y hoy lo es por el nombre, más "ferroviario", de Venero de Esquina Paradas. Según las fuentes históricas, estas aguas vienen desde la Albaida, pero se desconoce casi por completo su traza inicial, siendo su primer punto de captación "fichado" un pozo (en realidad un complejo de pozos y bombas) que se encuentra a pocos metros al norte de la Glorieta de Ibn Zaydun, en dirección al nuevo barrio de Noreña. A este pozo le llega a considerable profundidad una atarjea antigua, que trae el agua desde la Albaida, la cual es bombeada para ser conducida en una tubería que, siguiendo Gran Vía Parque abajo, enfila la Puerta de Sevilla, llega al Alcázar, donde abastece a los estanques de los peces, y desde aquí otra tubería "sube" hacia la Puerta de Almodóvar, para dar agua a las albercas de la Calle Cairuán.

El agua sobrante que no es bombeada en este pozo de  Noreña (y que puede ser considerable en años lluviosos) prosigue impertérrita en la atarjea por su ruta "de toda la vida", que desde Ibn Zaydun sigue una traza jalonada por pozos de registro en las calles Felipe II, Marruecos, Camino de los Sastres, República Argentina, Paseo de la Victoria y Puerta de Almodóvar (imagen 3), donde históricamente existía un pilar de estas aguas para aprovechamiento público. Actualmente ya no llega el agua hasta aquí, porque en la calle Marruecos hay una especie de desagüe para incorporarla al alcantarillado. Precisamente, en esta misma calle, el pozo de registro de la atarjea apenas tiene profundidad (reconozco que, como al amigo Paco Muñoz, le tengo mucho respeto a los pozos) y pude realizar una foto al interior de la misma, que la verdad sea dicha, en este punto tiene más aspecto de arroyo subterráneo que de otra cosa (imagen 4).

Imagen 3. Pozos del venero de Esquina Paradas en el entorno de la calle Marruecos (datos de Ángel Martos).

Imagen 4. Foto del interior de la atarjea del venero de Esquina Paradas en el pozo de la calle Marruecos.

En fin, ¿serán el mismo cauce el excavado por Santos Gener y el Esquina Paradas o Huerta del Rey? Si el plano de Santos Gener fuese más preciso o tuviese escala...

domingo, 4 de julio de 2010

Acerca de la Fuensantilla (III)


Nota preliminar: Esta entrada, que sobrepasa en extensión lo inicialmente previsto, hubiese sido imposible sin la colaboración de dos lectores habituales del blog que se pusieron en contacto para aportar desinteresadamente sus conocimientos: Alberto EM de gran ayuda con los mapas, y Manuel Estévez, que con sus conocimientos y pesquisas sobre la Fuensantilla me ha aportado gran parte de la información que aquí se expone.


Una pista que despista…

Fue Paco Muñoz, como casi siempre, el primero que disparó con bala. En efecto, justo donde acababa el Hospital Militar, donde están hoy las casas de los militares, hasta los años 60 se encontraba en la parte baja del terraplén existente una alcubilla de la que salía agua de un venero, aprovechada por los humildes vecinos del lugar, y cuyo desagüe era la propia cuneta de la Carretera de Almadén.

Podría parecer que la alcubilla fuese la de la Fuensantilla, pero comprobando su situación no hay duda de que dicho venero debe corresponderse más bien al que López Amo cita de pasada como Mina Esperanza: “Estas aguas pertenecientes a D. José Moñino y Barrera, de esta vecindad nacen a 220 metros de la Fuensanta vieja extramuros de esta población en el talud de la izquierda de la carretera de esta Ciudad a el Almadén. En el año de 1869 después de bastantes meses de trabajos y excavaciones se descubrió una atargea de construcción árabe en la cuesta del citado arrecife". Y para situar definitivamente la Mina y la alcubilla he aquí un antiguo plano minero de 1872 disponible en el Instituto de Cartografía de Andalucía (imagen 1).




Imagen 1. Plano de la Mina Esperanza (1872) En el recuadro azul se resalta la alcubilla. Fuente: Instituto de Cartografía de Andalucía.


De la información de López Amo nuevamente sale por medio una atarjea, pero en cuanto al posible origen de las aguas no hay ninguna información más. Afortunadamente sí queda la memoria de antiguos vecinos y visitantes habituales del barrio de “Villa Amparo”, como el “Candi”, que comentan que el agua de esta alcubilla venía de “más arriba”, lo que coincide con un dato que apunta Manuel Estévez de cuando éste realizó el servicio militar en el ya desaparecido Cuartel de Automovilismo: “que el cuartel prácticamente se asentaba sobre un gran lago, de tal magnitud que su agua, presente a muy escasa profundidad, era aprovechada por RENFE para sus locomotoras de vapor” (un inciso, ¿han tenido en cuenta esto los constructores cuando se han hecho los nuevos pisos allí, o se han hecho los locos desviando al agua para quien le toque?)

Posiblemente en esta zona se encuentre el origen común de las aguas que iban tanto hacia Mina Esperanza como hacia la Fuensantilla, que no serían sino ramificaciones de un mismo manto de agua, al cual quizás se le pueda seguir la pista aún más arriba, recordando que el eje Fuente de la Salud, Barrio del Naranjo, hasta llegar al Castillo del Maimón, es un continuo aflorar de veneros (por cierto, uno de ellos, a la espalda de la antigua Fábrica de Baldomero Moreno, proporcionaba hasta hace poco el agua con la que se fabricaba la mahonesa MUSA).

El Huerto de Cobos…

López Amo indica que el Huerto de Cobos o Cobo, a primeros del XVII, se regaba con el remanente de una fuente intramuros llamada del Cañuelo, a la cual iba un tercio del agua de la Fuensantilla. Este Huerto se corresponde con el área tras las murallas situada entre el Marrubial y las Ollerías, solapándose el topónimo con el más conocido de "Jardín de los Poetas".

Lo curioso es que, aunque ya no está la Fuensantilla, al Huerto le sigue llegando “su” parte del agua, esta vez en forma de corrientes subterráneas. Nada raro si tenemos en cuenta que una calle cercana lleva desde siempre el nombre de “Pozo dos Bocas”. Así, a mediados del XX, cuando la antigua Fuensantilla era ya sólo recuerdo, la Casa Carbonell cogía agua de aquí para emplearla en su fábrica de aceites de las Ollerías. También la RENFE, por lo que se ve muy necesitada, llegó a hacer uso de esta agua para sus locomotoras. Hoy, es el "Jardín de los Poetas" el que puede regarse gracias a un pozo existente desde el que se bombea el agua necesaria. Y del agua sobrante me comentan que sigue su curso y puede oírse si uno agudiza el oído en la cercana calle San Juan de Palomares. Quizás sea ésta la corriente que aguas abajo se manifestaba en forma de caño o arroyo en el solar de la “Nevería” de la calle Mayor. Por último, aún hay otro dato más: cuando se hicieron las casitas adosadas que dan a los citados jardines (inaugurados en 1992) los constructores, en una muestra de honradez, renunciaron a realizar las proyectadas cocheras subterráneas porque les afloraba agua a muy baja profundidad.

El fin de la Fuensantilla…

Va llegando a su fin esta entrada y con ella el tema de la Fuensantilla… El terreno donde se ubicaba es ofrecido en 1897 por el Ayuntamiento a los militares para construir en él un Hospital Militar. Es la época de las insurrecciones de Cuba y Filipinas, a sólo un año del desastre del año siguiente, y los regidores municipales participaban de la vena patriótica del momento.

Hay que esperar a 1902 para que comiencen las obras del Hospital… que no acaban hasta ¡1928! (nada nuevo bajo el sol en Córdoba). Situada dentro del solar a edificar (imagen 2), los militares alegaron al Ayuntamiento que la Fuensantilla “les molestaba”, y fue alevosamente derruida. Así, en 1905, el Ingeniero Agrónomo Luis Cid, contratado por el Ayuntamiento para que elaborase un completo informe de sus veneros (incluso de algunos que iban secos) ya no incluye en el mismo a la Fuensantilla.


Imagen 2. Montaje del plano de 1884 con la Fuensantilla sobre la ortofoto de la zona en la actualidad.

Con posterioridad a su desaparición, un tal Patricio Hidalgo, propietario del nombrado Huerto de Cobos, solicitó al Ayuntamiento (en lo que se trasluce cierta indignación) la apertura de una puerta en la muralla y un punto de agua para que pudiese abrevar su ganado. La puerta se abrió donde hoy se encuentra otra de moderna factura que da acceso a los jardines y a la calle Fernando de Lara. Además, justo al lado de esta puerta fue construida una nueva fuente (imagen 3), cuyos restos son aún claramente visibles en la muralla (imágenes 4 y 5). Para muchos vecinos de la zona, esta nueva fuente heredó el apelativo “de la Fuensantilla”, “título” por el que también competía otra fuente del otro lado de la Ronda del Marrubial, construida algo más tarde a la altura de la calle San Acisclo, concretamente a la vuelta del bar “El Pelotazo” y enfrente de la alcubilla de la Mina Esperanza.

Pero ambas fuentes, abastecidas por el agua más prosaica del servicio municipal, eran ya sólo simples epígonos de una histórica alcubilla y su pilar, quizás de ilustre pasado romano, con la tradición de unos mártires, donde confluían innumerables corrientes de agua de origen desconocido y, sobre todo, que formaban parte de la memoria del pueblo cordobés, que nuestro Ayuntamiento ha tenido la feliz iniciativa de reconocer rotulando una nueva glorieta con su nombre.


Imagen 3. Fotografía de la Ronda del Marrubial (años 50). En azul se resalta la fuente. Fuente: Archivo Municipal.



Imagen 4. Restos de la acometida de la fuente que sustituyó a la Fuensantilla desde el interior de la muralla. Foto cortesía de Manuel Estévez.



Imagen 5. Restos de la fuente que sustituyó a la Fuensantilla desde el exterior de la muralla. Foto cortesía de Manuel Estévez.