domingo, 7 de marzo de 2010

El arroyo de San Lorenzo (I)

Es conocido el hecho de que, hasta el siglo XX, por los barrios de Santa Marina y San Lorenzo transitaba un arroyo que adquiría tal consideración sólo en tiempos de lluvias intensas. El recuerdo de este arroyo (para ser francos, una simple cloaca urbana) ha quedado reflejado en el nombre que aún permanece (toquemos madera) de algunas calles por las que discurría: Arroyo de San Andrés, Arroyo de San Rafael y Arroyo de San Lorenzo. La topografía del terreno conformaba dentro de la propia ciudad una vaguada natural que servía como red principal de evacuación de las aguas a cielo abierto en unos tiempos en los que el alcantarillado, o era defectuoso, o simplemente no existía.

Lo que quizás no sea igual de sabido es que, en tiempos más antiguos, dos pequeños arroyos que bajaban de la sierra le aportaban en su cabecera urbana a la altura del Colodro su propio caudal, y cuando llovía lo que corría por las calles de estos barrios si que era un auténtico arroyo. Conforme los barrios citados se fueron progresivamente urbanizando (parece ser que cuando la Reconquista estaban prácticamente despoblados), y además hubo voluntad para ello, se decidió llevar a cabo la tarea de desviar estos arroyos para que no entrasen en la ciudad, y que al menos el agua que llevase al arroyo de San Lorenzo fuese solamente la originada por las escorrentías de la propia ciudad. El nunca bien pagado Teodomiro Ramírez de Arellano lo indica así en sus Paseos: "En 1789, se logró al fin el permiso real para invertir en las ya citadas obras [...] quienes principiaron por cerrar el arco que junto a la torre de la Malmuerta dejaba entrar el arroyo del Matadero, y el otro que corre por el haza cercada, haciéndoles el cauce que hoy tiene por delante de las Ollerías y Fuensantilla hasta el Marrubial, donde lo incorporaron al de las Piedras [...]. El arroyo de las Ollerías lo acabaron de arreglar en 1804.”

¿Cuáles eran estos dos arroyos y de dónde venían?. Del primero podemos saber algo más, pero sin total seguridad. Quizá se relacione con un paleocauce que Dionisio Casañal refleja claramente en su plano de 1884, y que fue claramente identificado cuando las obras de los aparcamientos del Plan RENFE (Imagen 1). En el informe arqueológico llevado a cabo entonces (http://www.arqueocordoba.com/publ/publolPDF/moreno-pprenfe.pdf) se indica entre otras cosas que "al Oeste de la rotonda del Pretorio se documenta una vaguada, rellenada a finales del s. XIX o principios del s. XX para nivelar el terreno con motivo del tendido de las vías del ferrocarril [...]. Por la profundidad, extensión y trazado, podría tratarse del paleocauce de un arroyo". Quizás sea el arroyo que busquemos, que desde aquí seguía aguas abajo hasta el arco de la Malmuerta por donde entraba a la ciudad por la Plaza de la Lagunilla (que, por cierto, aparece reflejado en el plano de Montis de 1851 y no en el de Casañal de 1884). Y aguas arriba, ¿desde donde venía el arroyo?. Cotejando el plano de Casañal con otros planos postriores se reconoce una cierta vaguada en torno a la fuente de los Picadores, que incluso parece desaguar a la misma. No obstante, la modificación del terreno que supuso la urbanización de la Huerta de la Reina, ya visible en los planos, impide seguir más esta pista.




Imagen 1. En el círculo zona donde apareció el paleocauce durante las obras del Plan RENFE (Fuente: Informe-Memoria de la intervención arqueológica de urgencia en el aparcamiento bajo el Vial Norte del Plan Parcial RENFE).



).



Imagen 2. Vaguada en torno a la Fuente de los Picadores (Plano topográfico de 1928)


Del segundo arroyo es aún más difícil aventurar algo. Sólo tenemos la mera referencia de que viene por el "haza cercada”. En el plano de Casañal aparecen unas "casas de la haza", adosadas a la actual calle Feria, y la calle Cronista Salcedo Hierro ha tenido hasta hace poco el nombre de "Haza". También cita el amigo Teodomiro un haza, que estaba en alto, situada cerca de la ermita del Pretorio, y que fue desmontada cuando se construyó el ferrocarril.


Junto a estos simples indicios quizá guarde relación una información contenida en otro socorrido y oportuno estudio arqueológico (http://www.arqueocordoba.com/proy/convenio/oficinaarq/informes/80101-sancayetano/80101.htm). En dicho informe se identifica (aunque con ciertas reservas) un posible paleocauce en un solar municipal en la calle Alonso el Sabio que hace esquina con la Avenida de los Piconeros (Vial Sur). Sin más datos que esto podemos tirarnos a la piscina y suponer que la dichosa haza cercada por donde venía este segundo arroyo comprendía más o menos la manzana donde se instaló el complejo industrial de la fábrica “San Antonio”, y posteriormente otras como “Carbonell” y “Baldomero Moreno” (la zona del Chimeneón para entendernos). Desde aquí se dirigiría hacia la Puerta de Colodro y se encontraría tras pasarla con el primer arroyo que venía por la Lagunilla.




Imagen 3: Supuesto trazado de los dos arroyos sobre el Plano de Casañal (1884). En verde paleocauce del primer arroyo; en rojo casas identificadas como "de la haza"; en azul zona donde se ha detectado el segundo paleocauce


Hasta aquí por esta fatigosa entrada, llena de vaguedades y teorías. En próximas (espero que pronto) intentaré describir por donde creo que se realizó el desvío de los dos misteriosos arroyos y otras curiosidades más...


Para saber más:
http://puertadeosario.blogspot.com/2010/07/remontando-el-arroyo-de-san-cayetano-y.html

2 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Laurentino

He disfrutado leyéndote, es interesantísimo el artículo y la pena es que no se queden documentadas estas cosas, y haya que aventurarse en el terreno de las deducciones, por otra parte fundadas, con escritos y comentarios poco concretos.

Se ve que conoces la materia en profundidad. Felicidades.

Laurentino dijo...

Gracias Paco,

La verdad es que es una pena el que sólo podamos basarnos en conjeturas para las que siempre se echa en falta algo, como por ejemplo que hubiese en Córdoba un mapa topográfico en condiciones de antes de que las obras del ferrocarril en el XIX trastocasen el terreno más allá de su casco urbano.

Pero bueno, creo que siempre es positivo publicar las teorías que uno se monta, aunque se tengan muchas dudas, porque por casualidad puede leerlas alguien que ha oído otra cosa y las corrija con mayor fundamento.

Un saludo.