jueves, 20 de mayo de 2010

La red de aguas de la sierra


A principios de este mes de Mayo se ha pasado por nuestra ciudad el Consejero de Medio Ambiente para inaugurar la ampliación de la depuradora de aguas de La Golondrina, además de dar publicidad a la obra prevista de una nueva conducción para llevar agua hasta el Parque de Los Villares y la barriada de Cerro Muriano, cuya dotación de agua actual no se considera suficiente. Ambas obras se inscriben dentro de un Protocolo de colaboración, firmado entre la Agencia Andaluza del Agua, dependiente de dicha Consejería, y el Ayuntamiento de Córdoba.

Como es más o menos sabido, el agua de Córdoba proviene del pantano de Guadalmellato, llegando a la Central de Villa Azul a través de dos conducciones cuya descripción no viene al caso (se pueden ver fácilmente en el arroyo de Pedroches, donde aparecen juntas, en compañía además del Canal de Riegos). En dicha Central, de arquitectura inconfundible en lo alto de un cerro, el agua es sometida a diferentes procesos físico-químicos para potabilizarla. Una vez tratada, desde aquí sale por conducciones que, aprovechando la altura desde la que parten, abastecen prácticamente a toda la ciudad. Y este “prácticamente” es porque aunque Villa Azul está en un punto alto, quedan zonas como el Brillante y alrededores que están a mayor altura, y entonces al agua hay que ayudarla para que pueda “subir”.

Para ello, una conducción baja desde Villa Azul y se encamina hacia el terrizo de la calle Cardenal Portocarrero, hacia la zona de la finca “el Duende” o de “las Canteras de Olmo” (este Olmo, por cierto, me dicen que era el capataz de la citada finca, y parece que su apellido ha tenido más éxito como topónimo). Aquí llega el agua a una estación de bombeo de EMACSA (imágenes 1 y 2), donde es “empujada” hacia arriba y distribuida hacia tres depósitos que regulan el abastecimiento de estas zonas altas. Estos depósitos son los de Antas (que es el situado a mayor altitud), el del Cerrillo y el del Carril de la Huerta de Los Arcos (imágenes 3, 4 y 5). Como curiosidad, hasta hace no muchos años, junto con el agua bombeada desde Villa Azul, estos depósitos también se llenaban con el agua procedente de tres veneros propiedad del Ayuntamiento: el de Antas (junto al depósito citado, situado en la finca de la que ambos reciben el mismo nombre), el de Santa María (el antiguo venero de las Aguas del Cabildo, en las inmediaciones de la Aduana) y el de Santa Clara, localizado en el cerro junto a la cuesta del catorce por ciento (el “cuadrante”). Sin embargo, hoy día, las aguas de estos veneros sólo se emplean (y como complemento) en el caso de sequías extremas, siendo la mayor parte del tiempo desaguadas en las cercanas cabeceras de los arroyos del Moro (el de Santa María) y de las Piedras (los de Antas y Santa Clara).

Imagen 1: Exterior de la estación de bombeo de "El Duende".


Imagen 2: Interior de la estación de bombeo de "El Duende".



Imagen 3: Depósito de Antas.


Imagen 4 : Depósito de El Cerrillo.


Imagen 5 : Depósito del Carril de la Huerta de los Arcos.


Hasta aquí la descripción, más o menos simplificada, de cómo funciona la red de aguas de nuestra sierra. El resto de núcleos serranos, legales o ilegales se abastecen de aguas subterráneas (así Trassierra, Las Jaras, etc.), excepto Cerro Muriano, que se abastece del pantano de Guadanuño. Con la nueva obra proyectada, sin embargo, la red de abastecimiento da un importante salto cualitativo, puesto que se pretende construir otra importante estación de bombeo en El Cerrillo que impulse el agua aún más arriba, hasta las zonas ya comentadas de Los Villares (donde se planifica un depósito) y Cerro Muriano. Con todo ello se posibilita un abastecimiento de agua a gran escala para las zonas más altas de la sierra.

Nada se puede, en principio, objetar a ello. El agua es vida. Pero a mí, personalmente, todo esto me provoca cierto recelo, sobre todo cuando la Gerencia de Urbanismo dio permiso en Enero para construir un hotel en el Club de Golf de Los Villares, noticia que pasó desapercibida porque el mismo día, y en el mismo lote, “vendía” el Ayuntamiento que se redefinía el PGOU para expropiar los Baños de Popea y preservarlos de las acometidas urbanísticas. Los Villares es un Parque Periurbano, tiene su plan de preservación, la Consejería de Medio Ambiente vela por ello... Pero la ecuación disponibilidad de agua y luz igual a construcción, normalmente sin papeles, ya nos la sabemos. Y ahora, gran parte de nuestra sierra (no sólo Los Villares, que posiblemente sea el sitio más controlado) va a tener cerca una red que asegura disponibilidad de agua en abundancia.

Así que, el amigo de 8picos, que con tanto afán intenta recorrer todo el cauce del arroyo de Pedroches hasta su nacimiento, precisamente por Los Villares, debería no demorarse mucho. Por si las moscas…

2 comentarios:

Alberto EM dijo...

Está claro que los alrededores del parque periurbano de los Villares son zonas demasiado jugosas para que no aparezcan ya hileras de espantosos adosados, así que van colocando una red hidráulica para ir preparando el terreno. Si no fuera por la crisis del sector ... (algo positivo tiene que tener)

Laurentino dijo...

Y cuando quiten las ayudas de Europa por tener vacas a ver qué hacen los terratenientes con sus fincas sin este ganado cazaprimas..